sábado, 14 de abril de 2012



Hay un tiempo, no sabemos cuándo,
 Un lugar no sabemos dónde;
El cual marca el destino de los hombres
Para gloria y para desesperación.

Existe una línea, invisible para nosotros,
La cual cruza cada sendero,
la cual marca el lindero entre
la misericordia de Dios y Su ira.

El pasar tal límite es morir,
Morir en secreto;
Esto no nubla al ojo luciente,
Ni palidece el fulgor de la salud.

La conciencia puede que todavía
Esté tranquila,
El espíritu liviano y alegre;
Y  aquello que agrada todavía puede
Agradar,
Y el cuidado puede  ser alejado.

Pero en esa frente Dios ha puesto
Una marca indeleble;
Invisible para el hombre, quien
Todavía,
Esta ciego y en tinieblas.

El siente que todo esta bien
Y todo temor esta calmado;
El vive, el muere, el camina en el
Infierno,
No solo sentenciado, mas también condenado.

O, ¿Dónde está esa línea misteriosa
Que puede por los hombres ser
Cruzada,
Mas allá del cual Dios mismo ha
 Jurado
Que el que la cruce se perderá?

Una respuesta en los cielos repite,
“vosotros que de Dios os apartáis”
Escuchad su vos HOY, arrepentíos
Y no endurezcáis vuestros corazones HOY…

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