jueves, 31 de mayo de 2012


A manera de anécdota personal: 

Mi  situación no es la mejor físicamente hablando, sin embargo mi moral cada día esta mejor gracias a la mano misericordiosa de Dios, no puedo por ningún motivo dejar de agradecer y de mencionar la intervención de Dios en todos mis asuntos. Aunque para muchos resulte religioso, beato, místico y crédulo les aseguro que si no fuera la fe hacia mi Padre Celestial, las cosas serían muy, pero muy diferentes, en primer lugar mi espíritu se hubiera derrumbado hace mucho tiempo, y el sufrimiento sería de proporciones gigantescas, en segundo lugar, mi salud sería decadente y  enfermiza.
Dios es quien a través de amigos, compañeros y familias ha permitido que en mi hogar no falte lo necesario para vivir, hay un hecho sobresaliente en todo lo que me ha acontecido es la enorme solidaridad de mis compañeros de trabajo, quienes de todas las zonas han preguntado por mi condición, apoyándome incluso económicamente, con cantidades considerables, me siento infinitamente agradecido con cada uno de ellos, y mi corazón se acelera, late con rapidez, al comprender la misericordia de Dios.
Éste accidente me ha permitido considerar la vida desde otra perspectiva, aunque siempre he pensado que es nuestro deber apoyarnos mutuamente, y Dios me lo ha permitido practicar, hoy estoy mas seguro de eso, que si puedo ayudar debo hacerlo, que si un favor se puede hacer, deberá hacerse, que si alguien necesita nuestra mano deberemos estar prestos a extenderla.
Hoy mis compañeros han demostrado una solidaridad que merece toda nuestra alabanza, no por que lo hayan hecho conmigo, sino porque, siempre cuando alguien ha necesitado lo han apoyado hasta donde han podido.
¡Gracias compañeros que Dios los bendiga¡
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