Con exponencial convicción el autor Ralph Mahoney nos ofrece el siguiente extracto:
Existen dos procesos de sanidad para el cuerpo: el natural y el sobrenatural (divino). Los doctores en medicina saben que no pueden sanar. Ellos solo ayudan a los poderes “naturales” de sanidad ya existentes en el cuerpo. No obstante, Jesús es mayor que los demás médicos. Por medio de su poder sobrenatural, los cuerpos enfermos también pueden ser sanos. El poder divino para tales sanidades viene directamente de Dios.
Dos fuentes de sanidad
Los dos recursos para la sanidad también se aplican al alma. Se dice que el tiempo sana. Esta sanidad natural que ocurre con el pasar del tiempo nos ayuda a sobreponernos a algunas de las dolencias internas que nos daban problemas en nuestros años más jóvenes.
Natural
Descubrimos con el tiempo que no todos son tan fuertes, inteligentes y elegantes como nosotros.
La mayoría aprendemos a relacionarnos con los demás y a tener éxito en nuestros campos de trabajo. Ganamos el respeto de nuestras familias, amigos y compañeros de trabajo. A medida que aumentamos en años, nos enfrentamos con aflicciones, sinsabores y pérdidas que nos ayudan a madurar y a entender. Aun las personas que padecen de enfermedades mentales a menudo se recuperan a sí mismos en cierto período de tiempo. Es evidente que el alma tiene poderes de sanidad naturales, como los tiene el cuerpo.
No obstante, algunas personas no superan los problemas que tuvieron en los primeros años de sus vidas. Llevan las cicatrices o marcas dolorosas hasta la vida adulta. Todos nosotros quizás tenemos algunas heridas o lesiones del pasado que afectan nuestras actitudes y acciones presentes.
Para algunos, sin embargo, las cargas emocionales son tan pesadas que apenas pueden funcionar de manera normal. Muchas de tales personas han sufrido quebrantamientos emocionales o mentales. Cuando las lesiones son demasiado profundas, los resultados pueden ser permanentes.
Los sicólogos y siquiatras son doctores que tratan los desordenes mentales y emocionales. Ellos procuran, a través de la medicina y el consejo, ayudar a los poderes naturales de sanidad del alma.
No obstante, así como existen enfermedades físicas que no pueden ser curadas, de igual manera hay enfermedades del alma que no pueden ser ayudadas utilizando los medios naturales.
A fin de “restaurar” un alma en tal estado se necesitara un “milagro”- una sanidad sobrenatural.
Sobrenatural
Examinemos estas preciosas palabras del profeta Isaías: “ Y si diereis tu pan al hambriento, y saciareis el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu obscuridad será como el mediodía” (Is. 58:10 )
El dolor de ser rechazado puede ser sanado por el amor y la aceptación. Dios desea alcanzar a los “afligidos” a través de usted y de mí- por medio de nuestros corazones y manos.
David el Rey de Israel conocía personalmente respecto a ese amor de Dios que sana. En el salmo 23 expresa: “Jehová es mi pastor… Confortará (sanará) mi alma”
En el Salmo 147: 3, 5,6. Dice: “El sana a los quebrantado de corazón, y venda sus heridas. Grande es el señor nuestro y de mucho poder; y su entendimiento es infinito. Jehová exalta a los humildes, y humilla a los impíos hasta la tierra”
Es de interés que las escrituras sagradas dicen que Jesús sanó “toda enfermedad y toda dolencia” esto incluía las enfermedades espirituales, mentales, emocionales y físicas.
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